Activas.
Aquellas que recolectan y almacenan la energía empleando artefactos fotovoltaicos y tecnologías de concentración térmica.
Pasivas.
Las disposiciones que tienen que ver con la arquitectura bioclimática, es decir, la orientación de los edificios para recibir mayor luz natural, para prevenir la dispersión del calor añadido por el sol.