La energía eléctrica puede transformarse en muchas otras formas de energía, tales como la energía luminosa o luz, la energía mecánica y la energía térmica.
El mal uso de la energía es uno de los principales motivos por los que se ha alterado el equilibrio de la naturaleza y el planeta.
La Tierra se está calentando; de hecho es más cálida que en los pasados mil años, tan sólo el siglo anterior la temperatura superficial aumentó 0.6 grados centígrados. De forma evidente el cambio en el clima del planeta depende de múltiples factores, pero lo que hoy está a discusión es cómo la forma de usar la energía por parte del hombre genera los gases de efecto invernadero, los cuales van a la atmósfera e impiden que las radiaciones salgan. De hecho, el que más problemas causa es el dióxido de carbono, el cual proviene principalmente de la quema de combustibles fósiles como el petróleo y sus derivados.
Entre las repercusiones de dicho fenómeno está el derretimiento de los polos y glaciales; la alteración de los ecosistemas, lo cual a su vez daña a la flora y fauna; así como el incremento de huracanes de mayor intensidad y olas de calor. También se prevé que de seguir esta tendencia puede aumentar hasta un metro el nivel del mar, lo cual afectaría a cerca de 10 millones de personas que viven cerca de las costas.
Sin embargo, la energía producida es necesaria para que la humanidad realice sus actividades cotidianas; entonces, se debe hacer un esfuerzo en ciencia y tecnología para buscar la mejor solución a este problema. Ambos campos son fundamentales para resolverlo.
La conservación de energía puede resultar en un aumento del capital financiero, ambiental, la seguridad nacional, la seguridad personal y el confort humano. Los individuos y las organizaciones que son principales consumidores de energía pueden optar por conservar la energía para reducir costos energéticos y promover la seguridad económica. Los usuarios industriales y comerciales pueden aumentar la eficiencia de uso de la energía, para maximizar el beneficio económico.
CONSECUENCIAS DEL MAL GASTO DE ENERGÍA
- Agotamiento de recursos: los combustibles fósiles tienen una vida limitada. En algunos casos, se reducen a pocos años, por lo que es extremadamente importante buscar alternativas a estas opciones. En el siguiente gráfico se muestran las estimaciones sobre el número de años que faltan para que se agoten estas fuentes de energía:
- Dificultad de abastecimiento, directamente relacionada con el punto anterior. La disminución de los recursos, provocará a medio plazo serías dificultades en el abastecimiento de energía. Además, los conflictos bélicos generados por las fuentes de energía, como el petróleo, hacen que se conviertan en temas estratégicos en la economía mundial.
- Dependencia energética: con el sistema actual de producción energética dependemos prácticamente en exclusiva de los combustibles fósiles. Es por ello que se deben plantear alternativas energéticas adecuadas, rentables y no peligrosas para la salud y el medio ambiente. De ahí que el desarrollo de las energías renovables se tenga como un objetivo primordial.
- Contaminación ambiental: en la explotación de los yacimientos minerales, se produce la contaminación de las aguas y los suelos. Una vez extraído el combustible, el transporte del mismo conlleva emisiones de efecto invernadero e impactos directos en la naturaleza (gaseoductos, oleoductos, etc.). La generación de energía necesita un proceso de combustión que produce enormes emisiones de gases con efecto invernadero (ver sección “Cambio Climático”), como el CO2, NOx, SOx, COVs, partículas en suspensión, etc.