Los inversores solares se encargan de transformar la corriente directa de los paneles fotovoltaicos en corriente alterna para el uso doméstico. Estos aparatos pueden ser conectados directamente a la electricidad casera.
El inversor monitorea el volumen, la frecuencia y la fase de la línea casera y produce una onda sinoidal pura cuya frecuencia y fase iguala a la electricidad casera pero con un volumen mayor. El inversor solar suministrará energía a la electricidad casera cuando esté encendido.
Cuando los paneles solares se conectan a estos inversores, el medidor de luz casero reducirá la velocidad de giro o girará en sentido contrario. Los inversores usan varios paneles solares conectados en paralelo, maximizando la salida de la corriente directa del sistema de energía solar. Si uno de los paneles solares está defectuoso o no recibe luz solar en la salida de la corriente directa, se verá afectada al mínimo, resultando todo lo contrario a cuando los paneles están conectados en serie.
Los paneles fotovoltaicos deben instalarse en un lugar donde la luz solar pueda darle directamente. Se debe entonces conectar los cables de los paneles solares a una caja de conexiones y desde esa misma caja sacar un cable que se conectará a los terminales del inversor solar. Conecte después el inversor a un enchufe de los que dispone en su casa. Una vez que se han realizado todas esas acciones, cuando los paneles solares reciban la luz del sol el sistema fotovoltaico convertirá la energía solar en energía eléctrica válida para utilizar en cualquier parte de la casa.
Todos los sistemas se conectan de idéntica manera. No es recomendable conectar más de un inversor solar a un mismo cable de corriente directa que exceda los 250 vatios. Si por algún motivo necesita que su sistema de energía solar tenga una salida superior a los 250 w, puedes añadir más sistemas independientes o utilizar un inversor de mayor capacidad, pero nunca conectar varios ya que las consecuencias podrían ser nefastas.